Cuando piensas en remodelar una cocina o baño, la elección del material de las encimeras puede volverse un verdadero dilema. Sin embargo, si eres de los que busca resistencia y durabilidad para un uso intensivo, deberías tener en cuenta dos opciones populares: el cuarzo y el granito. El cuarzo, un material de ingeniería, suele contener alrededor del 90% de cuarzo natural mezclado con resinas y pigmentos. Esto lo convierte en una opción no porosa, lo cual significa que no tendrás que preocuparte por derrames que puedan convertirse en manchas, algo bastante habitual en cocinas. Según algunos estudios, el cuarzo tiene una resistencia a las manchas del 95%, lo que reduce el esfuerzo y coste de mantenimiento.
Por otro lado, el granito es una roca natural que ofrece una belleza incomparable. Cada losa de granito es única en su color y patrón, gracias a procesos geológicos que han ocurrido durante millones de años. Esta exclusividad puede ser un gran atractivo si valoras una estética naturalmente elegante. Sin embargo, el granito es poroso, por lo que requiere sellarse periódicamente para evitar manchas, algo que puede incrementar los gastos anuales de mantenimiento en aproximadamente un 10%.
Si te preguntas cuál es más resistente al calor, el granito suele ser la mejor opción. Puede soportar temperaturas más altas sin sufrir daños, en comparación con el cuarzo, que puede comenzar a degradarse a temperaturas superiores a los 150 grados Celsius. Sin embargo, algunos expertos en diseño de interiores sugieren utilizar siempre protectores de calor para ambos materiales, de manera que se prolongue la vida útil de las encimeras.
En términos de coste inicial, el cuarzo suele ser un poco más caro que el granito, con precios que oscilan entre 60 y 100 euros por metro cuadrado instalado, frente a los 50 a 90 euros del granito. Sin embargo, a largo plazo, el bajo mantenimiento del cuarzo podría resultar más económico. Según un informe de mercado, el 70% de las encimeras de cuarzo instaladas no requieren costos adicionales por mantenimiento más allá de la limpieza regular, mientras que el granito puede acumular costes adicionales del 5% anual por los sellados necesarios.
Algunos propietarios, como Carlos, quien renovó su cocina el año pasado, prefieren el cuarzo precisamente por su fácil mantenimiento y el amplio rango de colores y acabados disponibles. Empresas reconocidas en el sector, como Caesa y Silestone, ofrecen cuarzo en una variedad casi infinita de tonos, desde blancos brillantes hasta negros elegantes, lo cual puede ser ideal si buscas personalizar tu hogar.
En resumen, decidir entre cuarzo y granito depende mucho de tus prioridades y estilo de vida. Si valoras la facilidad de mantenimiento y una apariencia uniforme, el cuarzo podría ser perfecto. Pero si prefieres un toque más natural y no te importa dedicar algo de tiempo al cuidado, el granito te ofrecerá una belleza única y atemporal.